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Madre e hijos han tenido una vida durísima, pero el apoyo del Ministerio y sus servicios relacionados le han ayudado a salir adelante y mejorar su calidad de vida.
jueves 14 de diciembre, 2017

En Biobío, seremi visita hogar de familia participante de la Red de Protección Social MDS


Madre e hijos han tenido una vida durísima, pero el apoyo del Ministerio y sus servicios relacionados le han ayudado a salir adelante y mejorar su calidad de vida.

Valeria Ulloa tiene 30 años de edad. A los 15 quedó embarazada y su hijo, al nacer, presentó una parálisis cerebral y otra serie de complicaciones, por lo que su vida ha estado sujeta a su silla de ruedas y los infinitos cuidados y cariños de su madre, ya que su grupo familiar sólo lo conforman ambos.

Ignacio hoy tiene 15 años, y ha participado de terapias en Teletón desde los primeros meses de nacido. Hoy también estudia y cursa el nivel básico 10 en una escuela de su sector, Boca Sur, en la comuna de San Pedro de la Paz. La vida ha sido muy difícil, pero la inagotable vitalidad de Valeria, les ha permitido salir adelante, con mucho esfuerzo. En un principio no recibían ninguna ayuda del Gobierno, pero desde el 2015, su realidad cambió.

En noviembre de ese año ingresaron al Programa Abriendo Caminos, iniciando con el acompañamiento psicosocial y asesoría sociolaboral, a través del apoyo del ejecutor del programa, la Fundación Tierra de Esperanza, cuyos monitores se han convertido en parte de su familia. Pero el apoyo social no quedó ahí. Tras postulaciones a los fondos Yo Emprendo Semilla y Apoyo a tu Plan Laboral, Valeria pudo mejorar un pequeño emprendimiento que mantenía para lograr un mejor sustento económico.

“Yo trabajo en los Pro Empleo de la municipalidad, ahí gano el sueldo mínimo, lo que no nos alcanzaba. Por ello inicié un emprendimiento de confección de artículos de cotillón. Al principio muy artesanal, pero vi que hubo una buena respuesta, por ello cuando me adjudiqué los fondos del Fosis esto me permitió comprar equipos como impresora, tinta, y otros, que me han servido para mejorar harto más. Hoy tengo clientes, les gustan mis productos y eso nos ayuda con Ignacio a poder tener más platita para comprar sus remedios, sus alimentos y para vivir un poco mejor. Yo soy optimista, digo que la vida es una bendición y que debemos salir adelante. Somos nosotros dos y nos acompañamos. Yo corro todo el día, pero es nuestra vida y la acepto”, comentó Valeria.

Por su enfermedad, Ignacio también recibe el subsidio de discapacidad y se adjudicó, a través de una ayuda técnica de parte de Senadis, una silla de ruedas tipo Sitting, entregada en octubre de este año y la cual ha sido su compañera. De igual modo, tras postular al Programa Orasmi, este se encarga de apoyarlo con algunos de los medicamentos que necesita, entre ellos un inductor para dormir, ya que su cerebro no produce la hormona del sueño y de una leche especial, dado que su dieta se basa alimentación líquida y procesada.

Las dificultades también se dan en la habitabilidad de su hogar, una vivienda social que pertenecía al padre de Ignacio, pero que, de una manera u otra, la cedió a su ex pareja y su hijo. La casa es pequeña y no cuenta con las comodidades para una persona que usa silla de ruedas. Es más, actualmente el dormitorio donde duerme se encuentra en el segundo piso y el baño no es apto para atenderlo. Debido a esto, el Programa de Habitabilidad les está realizando la construcción de una pieza contigua y de un baño, con accesos universales, de manera que en los próximos meses, Ignacio podrá dormir y ocupar estos servicios higiénicos. “Esto es maravilloso. Va a tener su pieza con su cama y baño, todo en un espacio muy próximo, lo que evitará los problemas que tenemos hoy. Yo puedo decir que soy una agradecida, una agradecida de la ayuda que me han brindado, de la gente que han puesto en mi camino y no me queda más que seguir adelante, progresando, para que junto a mi hijo salgamos adelante”, explica la joven madre.

Ayer, ambos fueron visitados por la seremi de Desarrollo Social del Biobío, Paula Concha, además de la encargada regional del Abriendo Caminos y un consejero de la Fundación Tierra de Esperanza, entidad ejecutora del programa. La visita se dio en el marco de las salidas a terreno que la seremi efectúa semanalmente para conocer las realidades de las familias que participan de los distintos programas que el Ministerio de Desarrollo Social ejecuta en el Biobío.

Al escuchar de este caso, la seremi quiso conocer a esta familia, ver la realidad en que hoy están y dialogar con la madre. “Después de estar con Valeria e Ignacio, pienso que hay familias que son un ejemplo de vida, de esfuerzo, sacrificio y por sobre todo de amor. Valeria es una mujer muy joven y su energía nos sorprende. Su deseo de surgir, su amor infinito por su hijo y las ganas con que lucha cada día es digno de imitar y considerar por muchas personas. Este tipo de casos, así como otros que vemos a diario en terreno, nos hacen pensar que las cosas se están haciendo bien, que debemos mejorarlas, pero que debemos estar junto a las familias, a nuestros participantes, ver sus realidades y discutir en lo que podemos avanzar. Es imposible tras conversar con ella y ver a su hijo de no llenarse de energía y de pensar que tenemos que avanzar en el Sistema de Protección Social. Esta es nuestra gente, personas reales, con problemas, y a los cuales no podemos dejar solos”, mencionó la seremi Paula Concha.

Algunos regalos como un parlante para escuchar música, entretención favorita de Ignacio, y otros elementos didácticos fueron llevados como obsequios para Ignacio, cuya felicidad afloró de inmediato. Agradecida y feliz, la madre nos despidió, pero con el compromiso de una nueva visita, en un breve plazo.