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Los resultados de la encuesta arrojaron además una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto de 2013 en la medición de la pobreza por ingresos de este segmento de la población. 
jueves 12 de octubre, 2017

Jóvenes entre 15 y 29 años tienen en promedio dos años más de estudios que la población adulta según Casen 2015


Los resultados de la encuesta arrojaron además una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto de 2013 en la medición de la pobreza por ingresos de este segmento de la población. 

Santiago, 12 de octubre de 2017. El Ministerio de Desarrollo Social, junto al Instituto Nacional de la Juventud, dio a  conocer este jueves los resultados de la Encuesta Casen sobre Personas Jóvenes, última separata del instrumento de Caracterización Socioeconómica del 2015 que estudió la situación de los hogares de Chile. 

Según la encuesta, la población de entre 15 y 29 años representa al 24,3% de la población total, es decir, 4.262.916 personas. De ellas, el 36% se concentra mayoritariamente en el tramo de edad comprendido entre los 20 a 24 años, llegando a 1.528.692 personas.

En términos de la situación de pobreza por ingresos, se aprecia una reducción estadísticamente significativa, disminuyendo 2,2 puntos porcentuales, pasando de 14,4% en 2013 a 12,2% en 2015.

En el caso de la pobreza multidimensional, en el periodo 2013-2015 que considera cuatro dimensiones (Educación, Vivienda, Salud y Trabajo y Previsión Social) se registra una disminución estadísticamente significativa desde un 22,1% a un 21,0%. En tanto, incorporando la dimensión de Entorno y Redes, la tasa de pobreza llega a un 22,5%.

Situación Educacional

Respecto a la situación educacional de los jóvenes, la encuesta muestra que este grupo posee un mayor número de años de estudio en relación a la población adulta de 30 años o más, alcanzando en promedio 12,4 años mientras que la población adulta llega a 10,4 años de estudios en promedio. Estos cambios son congruentes con el aumento de la escolaridad obligatoria a 12 años implementada en la década del 2000.

Cuando esta información se desagrega por quintil de ingreso autónomo per cápita del hogar, se aprecia que son los quintiles de ingresos más bajos los que presentan un menor número de años de estudio, presentando diferencias significativas entre el primer y quinto quintil, las que se acentúan a medida que aumenta la edad de la población (por ejemplo, en el grupo de 25 a 29 años, la escolaridad promedio es de 11,4 años en el caso del primer quintil y 15,8 años en el último quintil).

En tanto, las tasas de asistencia neta a la educación media han mejorado, alcanzando un 73,6% en 2015, en comparación con el 60,0% que se reportaba en 1990. En el caso de la educación superior,  se registra un aumento en la tasa de asistencia neta que es significativa entre el año 2013 y 2015, pasando de un 36,7% a un 37,4% y registrando un aumento de 24,6 puntos si se compara este último valor con la cifra registrada en 1990 (12,8%) 

 

Mercado Laboral

En relación a la transición hacia su inserción en el mercado laboral, se estima que un 48,5% de los jóvenes participa en el mercado laboral, con una diferencia 12 puntos porcentuales entre hombres y mujeres (54,5% y 42,6%, respectivamente).

En cuanto a la tasa de ocupación ésta alcanza a 41,3%, observándose también brechas entre sexos y quintiles. Es así como los jóvenes pertenecientes a hogares de menores ingresos presentan una menor tasa de ocupación en promedio, 20,4% en el quintil I y 57,1%, en el quinto, lo mismo sucede en el caso de las mujeres (35,8%) en comparación a los hombres (46,9%) de entre 15 y 29 años.

En relación a los ingresos, tanto en hombres como en mujeres se aprecia que el ingreso de la ocupación principal es menor al de la población de 30 años o más, llegando a $358.918 en jóvenes y a $492.800 en la población adulta (cifras en pesos de noviembre de 2015). No obstante, el ingreso de los hombres es mayor al de las mujeres en $41.595 en este grupo etario ($377.033 entre los hombres y $335.438 en las mujeres del mismo rango de edad).

Un indicador a destacar es que la gran mayoría de la población joven se encuentra trabajando, estudiando o haciendo ambas actividades, ya que, de acuerdo a Casen 2015, solo un 12,8% de la población joven se encuentra laboralmente inactiva y no estudia (NINI), lo que supone un porcentaje significativamente menor al estimado en el 2013, cuando representaba al 13,9% de la población joven, y al de 1990, cuando alcanzaba un 25,0%.

Acerca de este grupo de población, el Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de la Juventud han planteado la necesidad de profundizar en el estudio de sus características y situación específica, evitando su estigmatización y promoviendo políticas públicas integrales. En este sentido, se debe poner de relieve que la no participación en el empleo y en los estudios, es un fenómeno que está directamente relacionado con brechas de género y con el rol convencionalmente asumido por las mujeres en el ejercicio del cuidado familiar y de quehaceres domésticos.

Tal como se revela en los datos de la Encuesta Casen el porcentaje de mujeres que no participan en los estudios y que se encuentran laboralmente inactivas es de 18,4%, mientras que entre los hombres dicha cifra es de un 7,1%. Por otra parte, tanto en hombres como en mujeres, los principales motivos para encontrarse en esta situación son “no tener con quien dejar a los niños, adultos mayores u otro familiar” (24,8%) junto con quienes declaran dedicarse preferentemente a los “quehaceres del hogar” (24,6%). Asimismo, este grupo tiene una mayor presencia en hogares de menor ingreso, principalmente en el primer y segundo quintil (22,8% y 16,6%, respectivamente, en comparación con el 4,8% registrado en el quinto quintil), lo que revela la importancia de fortalecer redes de apoyo y acceso a servicios de cuidado para los hogares.

Respecto de la participación en la jefatura de hogar, se aprecia que, al año 2015, un 7,7% de los hogares eran encabezados por una persona menor de 30 años, destacando que en este caso el acceso a vivienda se realiza preferentemente a través de arriendo (58,9%), y sólo un 16,7% corresponde a hogares propietarios.

Maternidad

En relación a la fecundidad y maternidad adolescente y juvenil, se observa que del total de mujeres de 15 a 29 años, un 65,4% no ha tenido hijos/as, mientras que un 23,5% ha tenido un solo hijo/a y un 11,1% tuvo 2 ó más hijos/as.

En el grupo adolescente (15 a 19 años), en tanto, menos de un 10% de mujeres ha tenido hijos, porcentaje que se incrementa en el grupo de 25 a 29 años, en que más de la mitad de mujeres ha sido madre. Este indicador muestra importantes contrastes socioeconómicos, puesto que mientras en el primer quintil de ingreso las mujeres de 15 a 29 años que no han tenido hijos/as representan un 54,8%, esta proporción llega a un 85,5% en el quinto quintil.