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Ello representa un aumento de 2,4 puntos porcentuales desde 2006 y revela que la mayor cantidad de la población indígena se declara Mapuche, alcanzando un 83,8%. 
miércoles 26 de julio, 2017

Más de un millón quinientas mil personas declaran pertenecer a uno de los nueve Pueblos Indígenas según Casen 2015


Ello representa un aumento de 2,4 puntos porcentuales desde 2006 y revela que la mayor cantidad de la población indígena se declara Mapuche, alcanzando un 83,8%. 

Santiago, 26 de julio. Para presentar los principales resultados de la Encuesta Casen 2015 sobre Pueblos Indígenas, el Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, junto a la Subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner; el Director Nacional de Conadi, Alberto Pizarro; y el Alcalde de La Cisterna, Santiago Rebolledo, visitaron el Centro Ceremonial “Leli Antu Ruka Mew" de dicho municipio.

En el lugar, junto con degustar comida típica Aymara y conocer los productos de orfebrería originaria de las organizaciones indígenas de la comuna, el Secretario de Estado presentó las cifras que revelan que el 9% de la población declara pertenecer o ser descendiente de uno de los nueve Pueblos Indígenas de nuestro país, lo que equivale a 1.585.680 personas. Este porcentaje ha aumentado en 2,4 puntos porcentuales en comparación al año 2006, donde sólo un 6,6% declaraba pertenecer o descender de un pueblo indígena.

En este sentido, el Ministro Barraza señaló que “estos resultados muestran una evolución muy importante, ya que en 10 años ha aumentado considerablemente el porcentaje de la población que se reconoce perteneciente o descendiente de un Pueblo Originario, lo que muestra como se está vitalizando la identidad indígena en Chile, lo que es un indicador de la necesidad de hacer reformas políticas que expresen mayor participación y deliberación en el devenir del país”.

De este porcentaje, la gran mayoría declara pertenecer al pueblo Mapuche, alcanzando un 83,8% de la población indígena, seguido por un 6,8%  que declara pertenecer al pueblo Aymara, el 4,0% al pueblo Diaguita, el 2,0% al pueblo Atacameño o Likan-antai, el 1,7% al pueblo Quechua, el 1,0% al pueblo Colla, el 0,3% al pueblo Rapa Nui, el 0,3% al pueblo Kawashkar y menos de un 0,1% al pueblo Yagán.

En cuanto a la distribución geográfica, los resultados de la Encuesta Casen 2015 nos muestran que el 30,1% de la población indígena está en la Región Metropolitana, mientras que un 19,6% habita en La Araucanía, un 13,1% en la Región de Los Lagos, un 6,6% en Biobío y un 4,8% en Los Ríos. La encuesta además revela que el 75,3% de esta población reside en zonas urbanas, mientras que el 24,7% restante lo hace en zonas rurales. 

Respecto a la medición de la pobreza, se observa una disminución significativa durante los últimos años, ya que entre 2006 y 2015, la pobreza por ingresos entre personas pertenecientes a pueblos originarios disminuyó de 44,0% a 18,3%, observándose además una reducción estadísticamente significativa en el periodo 2013-2015 en que decreció de un 23,4% a un 18,3%. 

Si bien la tasa de pobreza por ingresos de las personas que declaran pertenecer a un pueblo indígena muestra valores superiores respecto de los observados en población no indígena, es decir un 18,3% versus un 11,0% en el año 2015, la brecha observada entre ambos tipos de hogares se redujo en 2,6 puntos porcentuales en el periodo 2013-2015.

Asimismo, aunque más moderada, la pobreza multidimensional también ha mostrado reducciones en el tiempo, decreciendo de un 43,0% a un 28,4% entre los años 2009-2015, considerando la medida comparable con cuatro dimensiones: Vivienda, Salud, Educación y Trabajo y Seguridad Social. Y, entre el 2013 y 2015 registró una baja de 2,8 puntos porcentuales, cayendo de un 31,2% a un 28,4%.

Por su parte, si se incorporan los indicadores de entorno y redes, la pobreza de personas pertenecientes a pueblos indígenas llega al 30,8%.

En este sentido el Secretario de Estado manifestó que “si bien la pobreza viene disminuyendo, lo que es por efecto de la política pública, sigue por sobre el promedio nacional y por lo mismo se justifica plenamente el Plan de Reconocimiento y Desarrollo para La Araucanía y las medidas políticas y de inversión que se están haciendo para continuar mejorando estos indicadores”.

Asimismo, esta medición de Casen nos permite analizar carencias que afectan especialmente a los hogares con jefatura indígena. De esta manera, en 9 de los 15 indicadores incluidos en la medida de pobreza multidimensional  es más alto el porcentaje de hogares con carencias cuando la jefatura pertenece a un pueblo indígena que cuando no lo es. Entre dichos indicadores se destacada la alta incidencia de carencias en Escolaridad con un 42,2% de los hogares con jefatura indígena versus 29,2% en hogares sin jefatura indígena. En seguridad social con un 39,3% versus 31,7% y en Habitabilidad con 25,5% versus 18,5% de hogares carentes.

De acuerdo al perfil educacional de este grupo de la población también se observan brechas respecto de la población no indígena. Por ejemplo, el promedio de escolaridad de las personas de 19 y más años que declaran pertenecer a un pueblo Indígena es de 10,1 años de estudios versus 11,1 años de estudio del resto de la población. Sin embargo, cabe señalar que desde 2009 se observa una baja de 1,2 puntos porcentuales en los años de escolaridad de la población indígena cuando llegaba solo a 8,9 años de estudio.

Al mismo tiempo, es importante destacar que al año 2015 no hay importantes diferencias en la proporción de niños, niñas y adolescentes que asisten a un establecimiento educacional de educación parvularia, básica o media, según su pertenencia a pueblos indígenas. Sin embargo, se observa una brecha importante en la tasa de asistencia a la Educación Superior (18 a 24 años), donde el porcentaje de población indígena es de un 31,3%, versus 38,1% de la que no lo es.

En el mercado laboral, también se aprecian diferencias en las tasa de ocupación. Mientras que la población indígena se encontraba ocupada en un 52,5%, en la población no indígena la tasa de ocupación es de 54,1%. Esta tasa también se ha elevado en el tiempo para la población indígena. Si el año 2009 era de 49,2%, el 2013 fue de 51,5%.

Ahora, cuando observamos los ingresos promedios que obtienen por el trabajo, se revela que en el año 2015 si en promedio una persona indígena recibe $372.073 mensual por su trabajo, una persona no indígena percibe en promedio $551.321.

 “Esta cifra es indignante ya que la brecha salarial de una persona indígena en relación a una no indígena llega a un 32%, lo que nos muestra que en Chile persiste la discriminación, persiste el sesgo y que el mercado laboral no es capaz de adecuarse todavía con justicia social a políticas remuneracionales que dignifiquen tanto a las personas indígenas como a las no indígenas, ahí tenemos un desafío y ciertamente que es parte de las políticas públicas que hay que profundizar”, afirmó la autoridad.

En otro ámbito, un elemento a destacar es el alto porcentaje de personas que declaran haber participado en el último año en alguna organización social (37,3%), cifra significativamente mayor al porcentaje entre quienes declaran no pertenecer a pueblos originarios (25,3%).   

“Estos resultados son ilustrativos de los avances que tiene el país, pero también ilustrativo de los rezagos, brechas e insuficiencias que aún persisten y que tienen que ver con variables culturales de discriminación, pero que también tienen que ver con una política pública que estamos mejorando. Hay que tener presente que cuanto más se ha hecho por los Pueblos Indígenas en materia de calidad de vida es en el Gobierno de la Presidenta Bachelet”, subrayó el Ministro.